miércoles, 5 de mayo de 2021

Domine Jesu Christe


 

Traducción

Señor Jesucristo, Rey de gloria, libra las almas de todos los fieles difuntos de las penas del infierno y del profundo abismo: líbralas de las fauces del león, no las suma el tártaro, ni caigan en la obscuridad, sino que el abanderado San Miguel las presente a la luz santa: * Que en otro tiempo has prometido a Abrahán y su descendencia. V/. Te ofrecemos, Señor, este sacrificio y estas preces de alabanza: recíbelas en sufragio de las almas cuya memoria hoy celebramos: haz, Señor, que pasen de la muerte a la vida * Que en otro tiempo has prometido a Abrahán y su descendencia.

 

El ofertorio de la Misa de difuntos data del siglo XI.

Llámase Offertorium al texto variable de la Misa que se canta durante la oblación de la materia del Sacrificio. Este texto es hoy un versículo, paralelo al del introito, al del gradual y al de la comunión.

Antiguamente, en cambio, era todo un salmo o por lo menos varios versículos de salmo, cantado por un solista, y una antífona repetida por el pueblo a modo de estribillo.

Hay ofertorios que todavía conservan algún vestigio de esa modalidad como éste y el De profundis.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar este Ofertorio registrado por los monjes de la Abadía Notre–Dame de Fontgombault.

jueves, 29 de abril de 2021

Los Cuatro Santos Abades Cluniacenses: Odón, Mayol, Odilón y Hugo

 

Traducción

Sal. 89, 14

Hemos sido colmados de tu misericordia desde la mañana; y nos hemos regocijado y deleitado, aleluia, aleluia.

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En una misma celebración la Orden Benedictina celebra a los Abades de Cluny San Odón (927-942), San Mayol (954-994), San Odilón (994-1049) y San Hugo (1049-1109). Entre San Odón y San Mayol fue Abad el Beato Aimar (942-954). En el año 948 quedó ciego y fue designado su coadjutor San Mayol, quien lo sucedió el 954.


La Congregación Benedictina de Cluny fue instituida el 2 de septiembre de 909, siguiendo la regla de San Benito según la reforma de San Benito de Aniane, lo que implicó que los monjes rezaban las horas litúrgicas del día y de la noche, aunque el trabajo era más bien intelectual (copia de manuscritos) que manual. También se dedicaban a la caridad asistiendo y acogiendo pobres y peregrinos. La Congregación de Cluny tuvo un papel determinante en la reforma gregoriana.


En el S. XII Cluny comenzó a decaer con el surgimiento de los Cistercienses y los Premostratenses.

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 Aquí se puede descargar o escuchar online el ofertorio de la Misa de los Santos Abades Cluniacenses cantado por los monjes de la Abadía Santa María Magdalena de Le Barroux.


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Salmo 89

 

Diversas traducciones de este versículo del salmo 89:

 

* Texto griego de la Septuaginta en la traducción del P. Jünemann:

Nos hemos llenado, al alba, de tu misericordia, y alborozándonos y alegrándonos, en todos nuestros días.

 

* Targum palestinense:

Sácianos con tu bondad en la edad que se asemeja a una mañana, y nos regocijaremos y nos alegraremos en todos nuestros días.


viernes, 16 de abril de 2021

Sanctus IV


Respondiendo a la invitación del sacerdote en el prefacio se entona el Sanctus: "Santo, Santo, Santo"; al que, por proclamar el poder y majestad de Dios, se le ha llamado “himno de la victoria”, y por referirse a Dios "tres veces santo", los griegos denominan "trisagio", y por ser el canto de los Ángeles lo denominan muchos "himno seráfico".

El Sanctus se usaba ya en las reuniones de la Sinagoga, en los oficios matutinos, y de él hablan claramente los Padres Apostólicos. En la Misa, no obstante, no debió entrar hasta el siglo II.

La primera parte del Sanctus es un extracto del profeta Isaías (6, 3) y del libro del Apocalipsis (4, 8); y la segunda está formada con frases del Salmo 117 y del Evangelio de San Mateo (21, 9).

El Sanctus mantiene dos palabras hebreas:

Sabaoth: significa "Dios de los Ejércitos"; de los Ejércitos, se entiende, celestiales.

 Hosanna: en hebreo hoshiana, la forma en la que nos llega por los evangelios es aramea. Es una expresión de súplica -sálvanos- usada el domingo de ramos para aclamar al Mesías.


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Aquí se puede escuchar o descargar el Sanctus I registrado por los monjes de la Abadía de Fontgombault.

viernes, 9 de abril de 2021

Gloria

Gloria en los altos cielos a Dios

y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

Te alabamos,

te bendecimos,

te adoramos,

te glorificamos,

te damos gracias por tu inmensa gloria,

Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre omnipotente.

Señor Hijo unigénito, Jesucristo,

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre,

Tú que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros;

Tú que quitas los pecados del mundo, acepta nuestra suplica.

Tú que te sientas a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.

Porque sólo tú eres el santo,

Tú sólo tú, Señor,

Tú sólo altísimo, Jesucristo,

con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

 

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El Gloria es llamado también “Himno angélico”, pues narra el Evangelio según San Lucas (2, 14) que lo empezaron a entonar los Ángeles en la noche de Navidad.

Es de origen griego, y se cree que la primera versión conocida data del siglo II. El inicio del texto de este himno está tomado de la vieja versión latina –previa a la Vulgata de San Jerónimo– en la que reza Gloria in excelsis, en vez de Gloria in altissimis como traduce la Vulgata.

Aunque por sus primeras palabras y pareciera que tiene un carácter natalicio, este himno tiene un carácter eminentemente pascual. Por ello la liturgia romana hasta el siglo XI solamente permitía que los sacerdotes lo usen el día de Pascua.

Todas las Misas del Gradual Romano que no sean de carácter penitencial tienen su gloria. También hay algunos en el apéndice ad libitum.

 

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El formulario I de las Misas del Gradual Romano, corresponde al tiempo pascual, el gloria data del siglo X.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el Gloria I registrado por los monjes de la Abadía Notre-Dame de Fontgombault.

 

sábado, 3 de abril de 2021

Resurrexi

 

Traducción

Sal. 138, 18. 5-6. 1-2

Resucité, y aún estoy contigo, aleluia; pusiste sobre mí tu mano, aleluia, admirable es tu sabiduría, aleluia, aleluia. Sal. Señor, me probaste y me conociste: tú conociste mi caída [muerte] y mi resurrección. Gloria al Padre.

 

Este introito es la voz de Cristo al Padre. El texto concatena diversos versículos del salmo 138 que profetizaron su resurrección, dándoles así un sentido pleno.

 

Algunos ven en esta pieza una suerte de "madrigalismo" (la música está adherida estrechamente al texto), en la que la voz de Cristo es solemne pero no estridente anunciando su resurrección.

 

Como todas las composiciones litúrgicas antiguas, el texto del salmo 138 que se canta en este introito está tomado del viejo salterio romano.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar la versión grabada por los monjes de la Abadía de Fontgombault.

 

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Salmo 138


Diversas traducciones de estos versículos del salmo 138:

* Texto griego de la Septuaginta en la traducción de del P. Jünemann:

17 Levantéme, y aún estoy contigo.

4 me has plasmado y puesto sobre mí tu mano.

5 Se ha enmaravillado tu ciencia ante mí.

1 Señor, me has probado y conocídome; tú has conocido mi sentarme y mi levantarme.

 

* Mons. Straubinger en la traducción de la Vulgata:

18 Me levanto y me hallo todavía contigo.

5 pusiste sobre mí tu mano.

6 Admirable es tu sabiduría en mí.

1 Oh Señor, tú me probaste, y me conoces; 2 tú sabes cuando me siento y me levanto.

 

* Targum palestinense:

18. Me despierto en la edad por venir y todavía estoy contigo.

5. me has infligido el golpe de tu mano.

6. Está escondido de mi conocimiento, es demasiado poderoso, no soy capaz de ello.

1. Señor, me has buscado y me has conocido. 2. Se manifiesta ante vosotros cuando me siento a estudiar la Ley, y cuando me levanto para ir a la guerra.


viernes, 26 de marzo de 2021

Collegerunt

 

Traducción

Jn. 11, 47-49.50.53

Convocaron, pues, los pontífices y fariseos al Sanedrín, y decían: ¿Qué hacemos, pues este hombre obra tantos signos? Si lo dejamos así, todo creerán en él. . Y vendrán los romanos y arruinarán nuestra ciudad y nuestra nación. . Mas uno de ellos, llamado Caifás, como era Pontífice aquel año, profetizó diciendo: Nos conviene que muera un hombre por el pueblo, y no que toda una nación perezca. . Por lo que desde aquel día resolvieron quitarle la vida, diciendo: . Y vendrán los romanos.


En el rito cartujo este responsorio se canta mientras se distribuyen los ramos.


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Aquí se puede escuchar o descargar el responsorio registrado según las notas del Gradual Cartujo por los monjes de Serra San Bruno.

 

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Al respecto de este pasaje del evangelio de San Juan, escribe Dante en la Divina Comedia:

Mi disse: Quel confitto, che tu miri,

Consigliò i Farisei, che convenìa

Porre un uom per lo popolo a’ martìri.

Attraversato e nudo è nella via,

Come tu vedi, ed è mestier ch’e’senta

Qualunque passa com’ei pesa pria:

E a tal modo il suocero si stenta

In questa fossa, e gli altri del concilio

Che fu per li Giudei mala sementa.

(Inferno. — Canto XXIII, 115 a 123)

 

Traducción

"me dijo: Ese enclavado que miras

aconsejó a los Fariseos que convenía

poner a un hombre por el pueblo en martirio.

Atravesado y desnudo en el camino,

como ves, es menester que sepa

primero, de todo el que pasa, cuánto pesa.

Y de igual modo sufre el suegro

en esta fosa, y los demás del consejo

que para los judíos fue mala semilla".


jueves, 18 de marzo de 2021

Laetetur cor

Traducción

Sal. 104, 3-4. 1

Alégrese el corazón de los que buscan al Señor; buscad al Señor y su fuerza; buscad siempre su rostro. Sal. Alabad al Señor e invocad su nombre; anunciad sus obras a los pueblos. Gloria al Padre.

 

Siguiendo el tema del domingo precedente (Laetare) la liturgia quiere recordar la alegría de la penitencia. El salmo 104 describe a Dios como pastor bueno que condujo al pueblo elegido desde Egipto por el desierto hasta la tierra prometida.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el introito registrado según el Gradual Cisterciense por los monjes de la Abadía de Sept-Fons.

 

viernes, 12 de marzo de 2021

Laetare II

Traducción

Is. 60, 10-11. Sal. 121, 1

Alégrate, Jerusalén, y regocijaos con ella todos los que la amáis; gozaos los que estuvisteis tristes; para que os llenéis de júbilo y recibáis los consuelos que manan de sus pechos. Sal. Me alegré cuando se me dijo: iremos a la casa del Señor. Gloria al Padre.

 

Este introito del Gradual Cisterciense mantiene unas pequeñas diferencias con el que reporta el Gradual Romano.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar la versión grabada por los monjes trapenses de la Abadía de Spencer según el Gradual Cisterciense.

viernes, 5 de marzo de 2021

Oculi mei


 Traducción

Sal. 24, 15-16. 1-2

Mis ojos miran siempre al Señor, porque Él librará del lazo mis pies; mírame y ten misericordia de mí, porque me veo solo y desgraciado. Sal. A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo avergonzado. Gloria al Padre.


Los fieles usan las palabras del salmista para pedir misericordia y expresar la confianza en el Señor.


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Aquí se puede escuchar o descargar el introito registrado por los monjes de la Abadía de En–Calcat.

viernes, 26 de febrero de 2021

Kyrie VII

 

El Kyrie XVIII, compuesto en el siglo XI, es propuesto en el Gradual Romano para ser utilizado en las ferias de Adviento, Cuaresma, en las vigilias, en témporas y en las Misas de Rogaciones.

Como toda composición antigua y por su carácter ferial es extremadamente simple.


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Aquí se puede escuchar o descargar el Kyrie XVIII registrado por los monjes de la Abadía San Martín de Ligugé.


sábado, 20 de febrero de 2021

Invocabit me

 

Traducción

Sal. 90, 15. 16. 1

Él me invocará y yo lo escucharé; lo liberaré y lo glorificaré; lo saciaré de larga vida. Sal. El que habita al amparo del Altísimo, descansa bajo la protección del Dios del cielo. Gloria al Padre.

 

Las partes del propio de este domingo están todas tomadas del salmo 90, pues es citado en el Evangelio de las tentaciones del Señor en el desierto. Éste es el primero de los salmos indicados para el rito del exorcismo.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el introito registrado por los monjes de la Abadía Nuestra Señora de Triors.

  

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 El salmo 90

 Hacia el año 1140 San Bernardo de Claraval predicó en ocasión de la cuaresma 17 sermones comentando versículo por versículo este salmo.

 

Aquí se encuentra el texto latino y una traducción castellana de esos sermones.


martes, 16 de febrero de 2021

Miércoles de ceniza – Inicio del ayuno


 Traducción

Sab. 11, 24. 25. 27. Sal. 56, 2

Tienes misericordia de todos, Señor, y no aborreces nada de cuanto has hecho; disimulas los pecados de los hombres para que hagan penitencia, y se los perdonas, porque Tú eres el Señor, Dios nuestro. Sal. Te misericordia de mí, Señor, ten misericordia de mí; porque en Ti confía mi alma. Gloria al Padre.

 

Los 40 días de ayuno exigen que se agreguen estos 4 días previos al primer domingo de cuaresma, ya que la tradición romana impide ayunar los domingos, por eso este miércoles es también llamado "comienzo del ayuno". La fórmula usada para imponer las cenizas está tomada del libro del Génesis (3, 19).

 

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A partir de este día se canta el tracto Domine, non secundum.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el introito registrado por los monjes de la Abadía Nuestra Señora de Triors.

 

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Cenizas

En las Sagradas Escrituras las cenizas son signo de la débil y frágil condición del hombre. Así en Gen. 18, 27; Job 30, 19; Sab. 2, 3; Ecclo. 10, 9; 17, 31.

Su uso es narrado en los libros de Judit (4, 16; 7, 4) y de Ester (4, 1). Como signo de penitencia es conocido el pasaje del libro de Jonás (3, 6); también Is. 58, 3; poniéndolas sobre la cabeza en 1Mac. 4, 39  y en el Nuevo Testamento en Mat. 11, 21 y Lc. 19, 13.

Las cenizas tienen un uso variado en la liturgia. Además de imponerse a los fieles en este día se usa en la preparación del agua gregoriana y en la dedicación de una iglesia, ceremonia en la que las cenizas se extienden sobre el suelo sobre el cual se escribe el alfabeto griego y latino en forma de X, que representa el monograma de Cristo.


martes, 9 de febrero de 2021

Emicat meridies

 

Brillante como el mediodía,

Bienaventurado es el reposo

Para Escolástica, virgen.

 

Al entrar en la recámara,

Reclama los ósculos del Esposo

Su único Amado.

 

¡Con cuán grandes gemidos,

Y ardores de corazón

Ella buscó al Amado!

 

Movió a los cielos con sus lágrimas,

Y con grandes lluvias

Ablandó el corazón de su hermano.

 

¡Oh gratos coloquios,

Cuando los gozos de los cielos

Le explica Benito!

 

Ardientes deseos

Y suspiros de corazón,

El virginal Esposo suscita.

 

Ven, hermosísima

Y amadísima esposa,

Ven, y serás coronada.

 

Dormirás entre lirios,

Abundarás en delectación,

Y serás embriagada de ellos.

 

Oh paloma de las vírgenes,

Que desde las riberas de los ríos

Te diriges al aula de la gloria.

 

Atráenos con tus fragancias,

Y aliméntanos maternalmente

De la gracia inmortal.

Amén.

 

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Dice el Martirologio Romano el 10 de febrero:

En Monte-Casino, santa Escolástica, Virgen, hermana de san Benito Abad; cuya alma vio el Santo, en forma de paloma, salir del cuerpo y volar al cielo.

 

Ésta es la secuencia de la Misa de Santa Escolástica, como figura en los libros litúrgicos propios de la Orden Benedictina.

 

En ella –poéticamente– se narran algunos episodios de la vida de la santa, tomados de los capítulos 33 y 34 del libro II de los Diálogos de San Gregorio Magno, además de adaptar algunos pasajes del Cantar de los Cantares a la vida de Santa Escolástica, lo que se repite en diversos textos de la Misa.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar la secuencia registrada por los monjes del Monasterio San Benito de Nursia.

 

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Libro II de los Diálogos de San Gregorio Magno

XXXIII. El milagro de su hermana Escolástica

En esta vida, Pedro, ¿quién más grande que Pablo, el cual rogó tres veces al Señor que lo librara del aguijón de la carne, y que sin embargo no pudo obtener lo que deseaba? (cf. 2 Co 12, 7ss). Por eso es necesario que te cuente cómo el venerable Padre Benito quiso en una ocasión algo que no pudo obtener.

Su hermana Escolástica, consagrada desde su infancia a Dios omnipotente, solía visitarlo una vez al año. El hombre de Dios por su parte descendía para verla a una propiedad del monasterio, no lejos de la portería.

Un día fue como de costumbre y su venerable hermano bajó a verla, junto con algunos discípulos. Pasaron todo el día en alabanzas de Dios y en santas coloquios, y al caer la oscuridad de la noche, tomaron juntos la refección. Cuando aún estaban sentados a la mesa, y el tiempo transcurriera en santas conversaciones, su hermana religiosa le rogó diciendo: “Te suplico que no me abandones durante esta noche, para que podamos conversar hasta mañana de las alegrías de la vida celestial”. Mas él contestó: “¿Qué estás diciendo, hermana? De ninguna manera puedo permanecer fuera del monasterio”.

Era tanta la serenidad del cielo que no se veía en él nube alguna. La santa religiosa, al oír la negativa de su hermano, entrelazando sus dedos sobre la mesa, apoyó la cabeza en sus manos para implorar al Señor omnipotente. Cuando la levantó, estallaron con tanta vehemencia truenos y relámpagos y fue tal la inundación producida por la lluvia, que el venerable Benito y los hermanos que estaban con él, no pudieron ni siquiera traspasar el umbral de la habitación en la que se hallaban. En efecto, la santa religiosa al apoyar la cabeza en sus manos, había derramado sobre la mesa ríos de lágrimas que transformaron en lluvia la serenidad del cielo. Tan sin tardanza siguió la inundación a la oración que ambas coincidieron, de modo tal que al levantar la cabeza estalló el trueno y en el mismo momento comenzó a caer la lluvia.

Viendo entonces el hombre de Dios que en medio de los relámpagos y truenos y de la inundación de la lluvia torrencial, no le era posible regresar al monasterio, contristado comenzó a quejarse diciendo: “Que Dios omnipotente te perdone, hermana. ¿Qué es lo que hiciste?”. Ella le contestó: “Mira, te rogué a ti y no quisiste escucharme; rogué a mi Señor y Él me escuchó. Sal ahora si puedes y, dejándome, regresa al monasterio”. Pero él no pudo salir de la casa, y no habiendo querido quedarse de buen grado, tuvo que permanecer allí contra su voluntad. Y así fue como pasaron toda la noche en santos coloquios sobre la vida espiritual.

Por eso te decía, Pedro, que Benito había deseado algo que no pudo conseguir. Porque si nos fijamos en el pensamiento del hombre venerable, no hay duda de que deseaba que se mantuviera el tiempo sereno como cuando había bajado, pero en contra de lo que él quería, por el poder de Dios omnipotente ocurrió el milagro, alcanzado por el corazón de una mujer. Y no hay que admirarse de que en esa ocasión pudiese más que él esa mujer que ardía en deseos de ver por más tiempo a su hermano. Porque según las palabras de Juan, Dios es amor (1 Jn 4, 8.16), y era muy justo que pudiera más la que más amaba.

Pedro: Confieso que me gusta mucho lo que me dices.


XXXIV. Cómo vio salir de su cuerpo el alma de su hermana.

Gregorio: Cuando al día siguiente, la venerable mujer volvió a su casa, el hombre de Dios regresó al monasterio. Tres días después, estando él en el monasterio, elevada la mirada hacia lo alto, vio el alma de su hermana que, después de haber abandonado su cuerpo, penetraba en forma de paloma en las profundidades misteriosas del cielo. Colmado de alegría por gloria tan grande, dio gracias a Dios omnipotente con himnos y alabanzas y anunció a los hermanos su muerte.

Al instante los envió para que trajeran el cuerpo al monasterio y lo depositaran en el sepulcro que había preparado para sí. Sucedió entonces que ni siquiera el sepulcro pudo separar los cuerpos de aquellos cuyo espíritu siempre había sido uno en Dios.