jueves, 21 de abril de 2022

Victimæ paschali laudes II

 

A la Víctima pascual ofrezcan alabanzas los cristianos.

El Cordero redimió a las ovejas: Cristo inocente reconcilió a los pecadores con el Padre.

La muerte y la Vida se enfrentaron en lucha singular.

El dueño de la Vida, que había muerto, reina vivo.

Dinos, María, ¿qué has visto en el camino?

Vi el sepulcro de Cristo viviente y la gloria del que resucitó,

a unos ángeles, el sudario y los vestidos.

Resucitó Cristo, mi esperanza; os precederá en Galilea.

Sabemos que Cristo verdaderamente resucitó de entre los muertos.

Tú, Rey victorioso, ten piedad de nosotros.

Amén, Aleluia.

 

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Ésta es la versión del rito dominicano de la secuencia de Pascua. Posee una notación levemente diferente a la cantada en el rito romano y algunas mínimas variantes en el texto.

 

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Aquí se puede escuchar online o descargar la secuencia registrada por las hermanas dominicas misioneras de Nuestra Señora de Fichermont.


viernes, 15 de abril de 2022

Viernes Santo


Traducción

cfr. Lam. 3, 1-9


Alef. Yo soy el varón que estoy viendo la miseria mía bajo la vara de la indignación.

Alef. Entre tinieblas me ha hecho andar, y no en el resplandor de la luz.

Alef. No ha cesado día y noche de descargar sobre mí su mano.

Bet. Ha hecho envejecer mi piel y mi carne, y ha quebrantado mis huesos.

Bet. Ha levantado una pared alrededor mío; y me ha cercado de amarguras y de congojas.

Bet. Me ha colocado en un lugar tenebroso, como a los muertos para siempre.

Guimel. Me circunvaló por todos lados para que no escapase; me puso pesados grillos.

Guimel. Y aunque yo clame y ruegue, no hace caso de mis plegarias.

Guimel. Cerró mis caminos como piedras de sillería, desbarató mis senderos.

Jerusalén, Jerusalén, conviértete al Señor, tu Dios.


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La plegaria final es una breve cita bíblica que no pertenece al libro de las Lamentaciones, sino que se trata de una adaptación que procede del libro del profeta Oseas, 14, 2: Israel, conviértete al Señor, tu Dios.


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En el año 1081 el Concilio de Burgos determinó la abolición del rito hispano en Castilla, León, Aragón y Navarra, y la instauración oficial de la liturgia romana. A pesar de la abolición del rito, el repertorio romano no se instauró en su totalidad, por lo cual en aquellos textos en los que coincidieron en ambas tradiciones –como las lamentaciones– la iglesia hispana mostró una gran resistencia a reemplazar los cantos arraigados en su tradición por los utilizados en el rito romano. La tradición de cantar lamentaciones con un tono autóctono permaneció activa en la Península Ibérica desde la alta edad media hasta la primera mitad del siglo XVII.


En 1934 el P. Germán Prado –monje benedictino y musicólogo– publicó las antiguas melodías hispanas de las Lamentaciones de Jeremías que se cantan en el Santo Triduo.


Ésta corresponde a la tercera lamentación del Viernes Santo tomada del códice de León.


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Aquí se puede escuchar online o descargar el canto de la lamentación por un monje de la Abadía de Santo Domingo de Silos.


jueves, 17 de febrero de 2022

Media vita II

 

Traducción

cfr. Sal. 21, 56

En la mitad de la vida estamos ya ante la muerte, ¿en quién, Señor, buscaremos ayuda, sino en ti, que justamente te aíras por nuestros pecados? * Santo Dios, santo fuerte, santo y misericordioso Salvador, no nos dejes en manos de la amarga muerte.

. En ti esperaron nuestros padres; esperaron y tú los libraste. * Santo Dios, santo fuerte, santo y misericordioso Salvador, no nos dejes en manos de la amarga muerte. . A ti clamaron nuestros padres; clamaron y no fueron decepcionados. * Santo Dios, santo fuerte, santo y misericordioso Salvador, no nos dejes en manos de la amarga muerte. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. * Santo Dios, santo fuerte, santo y misericordioso Salvador, no nos dejes en manos de la amarga muerte.

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Este responsorio es muy similar a la antífona de completas del rito dominicano, posee –sin embargo– otros versículos.

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Aquí se puede escuchar o descargar el responsorio registrado por los monjes de la Abadía San Martín de Ligugé.

jueves, 10 de febrero de 2022

Surge propera

Traducción

Cant. 2, 10-11; Sal. 54, 7

Levántate, apresúrate, amiga mía, paloma mía, hermosa mía, y ven. Pues pasó ya el invierno, y se disiparon y cesaron las lluvias. Sal. ¿Quién me diera alas como a la paloma para echar a volar y hallar reposo? Gloria.


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Este introito es el usado para la fiesta de Santa Escolástica en la orden benedictina. Utiliza el pasaje del Cantar de los Cantares pues San Benito había visto elevarse el alma de su hermana como una paloma, según relata San Gregorio Magno en el capítulo 34 del libro 2º de sus Diálogos.


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Aquí se puede escuchar o descargar el audio de las monjes de la Abadía de Santa María Magdalena de Le Barroux.
 

jueves, 3 de febrero de 2022

Santa Águeda

 

Traducción

Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar esta festividad en honor de santa Águeda: de cuyo martirio se alegran los Ángeles, y alaban juntos al Hijo de Dios. Sal. 44, 2 De mi corazón se desbordan palabra buenas: al Rey dedico mis obras. Gloria al Padre. Alegrémonos.


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Dice el Martirologio Romano: " En Catania de Sicilia, el triunfo de santa Águeda, Virgen y Mártir, la cual, imperando Decio, por sentencia del Juez Quinciano, después de torturada, abofeteada, descoyuntada en el potro y cercenados los pechos, la revolcaron sobre tejuelas y brasas; y, finalmente, en la cárcel, mientras oraba al Señor, acabó su vida".

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Este introito parece haber sido compuesto originalmente para esta fiesta y luego adaptado para otras festividades -entre otras la Asunción de nuestra Señora o San Benito- sustituyendo lo que va desde "en honor de" hasta "se alegran...".


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Aquí se puede escuchar o descargar el audio de las monjes de la Abadía de Santa María Magdalena de Le Barroux.

martes, 25 de enero de 2022

Conversión de San Pablo

 


Traducción

2Tim. 1, 12; Sal. 138, 1-2

en quien he puesto mi confianza, y cierto estoy de que Él es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día. Sal. Señor, me probaste y me conociste: tú conociste mi caída y mi resurrección. Gloria al Padre.


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Dice el Martirologio Romano: "La conversión de san Pablo Apóstol, que fue el año segundo, después de la Ascensión del Señor".


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Aquí se puede escuchar o descargar el audio de las monjas de la Abadía Notre-Dame d'Argentan.


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Santo Tomás de Aquino comenta el versículo de la 2ª carta a Timoteo:

-"porque bien sé…" Pónese la certeza de su esperanza que le hace no avergonzarse; también esto proviene de las promesas de Dios todopoderoso. Por eso dice: "de quién me he fiado". Y hay que notar que una cosa es el acto de fe por el que decimos: creo, y otra creerse de la fe de alguno, hacer confianza de él. En el primer caso el sentido es éste: bien sé, esto es, sé que es veraz el que hizo la promesa y poderoso para otorgar la vida eterna que prometió repetidamente al hombre que permanece fiel. Mas lo que de aquí se sigue, al contrario, es que lo mismo es ciencia que fe, e idéntico lo sabido y lo creído, cosa imposible, porque lo propio de lo sabido es que se vea, y lo propio de lo creído que no. Respondo: en la fe hay que distinguir dos cosas: lo que se cree y la persona a quien se da crédito. De lo que se cree no puede haber ciencia, porque así perdería la razón de crédito, pero sí de la persona a quien se cree, porque se sabe, por evidentísima razón, que Dios es veraz. Y así dice: de quien me he fiado. -"No queráis creer a todo espíritu, sino examinad los espíritus si son de Dios" (1Jn 4,1).

En el segundo caso el sentido es más verdadero, como si dijera: ya que a mí mismo, mis penalidades y trabajos los he confiado, esto es, entregado a Dios, sé que es poderoso para conservar mi depósito. Y depósito se dice de dos maneras: de una, lo que yo deposité; como lo hace el hombre que deposita en Dios su salvación, cuando se le entrega sin reservación alguna. "descargando en su seno todas vuestras solicitudes, pues Él tiene cuidado de vosotros" (1P 5,7). Asimismo deposita sus obras, cuando no recibe juego su recompensa, sino a la postre, como el hombre munificente y benéfico, que deposita en Dios sus buenas obras hasta aquel día en que juzgará las cosas ocultas de los hombres, a quienes dará entonces la recompensa de sus trabajos, "dad al varón justo la enhorabuena, porque él comerá del fruto de sus buenas obras" (Is 3,10); o el depósito, esto es, el oficio que quedó depositado en mi poder, a saber, el oficio evangélico. "Ese mismo es ya un instrumento elegido por Mí para llevar mi nombre" (Ac 9,15). Dios también es poderoso para conservar a su Apóstol hasta su muerte.