jueves, 31 de diciembre de 2020

Jesu dulcis memoria

 

¡Oh Jesús, dulce recuerdo

que das verdaderos gozos al corazón!

pero más que la miel y todas las cosas

es su dulce presencia.

 

No se canta melodía más suave,

no se oye voz más agradable,

no se piensa en nada tan dulce

que en Jesús, el Hijo de Dios.

 

Oh Jesús, esperanza de los penitentes,

¡cuán piadoso eres para los que te imploran!

¡cuán bueno para los que te buscan!

¡oh! ¿cómo serás para los que te encuentran?

 

Ni lengua alguna puede decir,

ni letra alguna puede expresar,

sólo el experimentado puede entender,

lo que es amar a Jesús.

 

Seas, Jesús, nuestro gozo,

que serás nuestro futuro premio:

sea en ti nuestra gloria,

siempre, por todos los siglos. Así sea.

 

Este himno fue atribuido a San Bernardo. Aunque no se conoce a ciencia cierta su autor, refleja el espíritu del doctor melifluo. De hecho se puede leer en sus sermones sobre el Cantar de los Cantares: "Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón"[1].


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Aquí se puede escuchar o descargar el himno cantado por los monjes de la Abadía de Santa María Magdalena de Le Barroux.


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Aquí se puede leer la traducción en versos realizada por Francisco Luis Bernárdez.



[1] "Iesus mel in ore, in aure melos, in corde iubilus". Obras completas de San Bernardo, V, Sermones sobre el Cantar de los Cantares, Sermón 15, 6, B.A.C. Madrid, 1987, pág. 226-227.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

Laetabundus

 

Lleno de alegría

exulte el coro fiel,

Aleluia.


Al Rey de reyes

da a luz la Virgen santa:

¡admirable prodigio!


El Ángel del Consejo

ha nacido de la Virgen,

el Sol de la Estrella.


El Sol que no conoce ocaso,

La Estrella siempre radiante,

siempre luminosa.


Como de la estrella nace el rayo,

la Virgen da a luz al Hijo

de semejante forma.


Ni la estrella por el rayo,

ni la Madre por el Hijo,

queda mancillada.


El gran cedro del Líbano

toma la forma del hisopo

en nuestro valle.


El Verbo del Altísimo

tomó un cuerpo pasible,

al asumir la carne.


Isaías lo profetizó,

la sinagoga lo recordaba,

mas nunca desistió

de su ceguera.


Si no a tus profetas,

que crea a los gentiles

pues los cantos sibilinos

eso vaticinaron.


Infeliz, apresúrate,

créele a los antiguos oráculos:

¿por qué condenarte,

pueblo miserable?


Cree que éste es el Niño

que anuncia la profecía:

el que ha sido dado a luz

por la Virgen.


Aleluia.


Esta secuencia, propia de la Navidad, fue durante mucho tiempo atribuida a San Bernardo, aunque es anterior a él y aparece ya en manuscritos del siglo XI. Figura en los libros litúrgicos de los premonstratenses y los dominicos.


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Aquí se puede escuchar o descargar la secuencia registrada por los canónigos premonstratenses de la Abadía de Frigolet.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Gaudete

 

Traducción

Fil. 4, 4-6 Sal. 84, 2

Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Vean vuestra modestia todos los hombres; el Señor está cerca. No os acongojéis por nada, sino en toda oración aparezcan ante Dios todos vuestros deseos. Sal. Señor, has bendecido a tu tierra; has libertado de su cautiverio a los hijos de Jacob. Gloria al Padre.


La Iglesia –con las palabras de San Pablo a los filipenses–anuncia la parusía del Señor en gloria y majestad.


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Aquí se puede escuchar o descargar el introito registrado por los monjes de la Abadía San Pedro de Solesmes.


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Parusía


Según explica el P. Juan Rovira (18771936), parusía es el nombre griego derivado del verbo pareimini, "estar presente", y significa presencia, advenimiento, y con él se designa en los Libros Sagrados del Nuevo Testamento el Segundo Advenimiento de Cristo Señor Nuestro para juzgar a los hombres.

Juan Rovira, Parusía o segunda venida de Jesucristo al mundo in Chasles, Pinsk, Rovira, El que vuelve, Vórtice, Buenos Aires, 2018, pág. 255.


martes, 8 de diciembre de 2020

Inmaculada Concepción

 



Traducción

Is. 61, 10. Sal. 29, 2

Me gozaré con sumo gozo en el Señor, y mi alma se regocijará en mi Dios; pues Él me ha revestido con las vestiduras de la salvación, y me ha cubierto con el manto de justicia, como a una esposa engalanada con sus joyas. Sal. Te ensalzaré, Señor, porque me has amparado, y no has permitido que mis enemigos triunfen sobre mí. Gloria al Padre.

 

Esta fiesta lleva muchos siglos. Ya Inocencio XII había dispuesto su octava con el Breve In excelsa el 15 de mayo de 1693. Pero luego de la proclamación del dogma el 8 de diciembre de 1954 Pío IX, el 25 de septiembre de 1863 con el Breve Quod jampridem, dispuso el uso de formularios litúrgicos distintos a los que se venían usando.

 


El introito Gaudens gaudebo –arreglo de Dom Poithier (18351923)– sigue la melodía del introito pascual Vocem jucunditatis.

 

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En cambio los dominicos en su Gradual prefirieron seguir la melodía del introito correspondiente al cuarto domingo de Cuaresma Laetare.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el introito Gaudens gaudebo registrado por los monjes de la Abadía de Santa María de Fontgombault.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el introito Vocem jucunditatis registrado por los monjes de la Abadía San Pedro de Solesmes.

 

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Aquí se puede escuchar o descargar el introito Gaudens gaudebo registrado por las hermanas dominicas misioneras de Nuestra Señora de Fichermont, según la notación propia del Gradual Dominicano.