Dice Amalario que en el Sanctus se
venera la divina majestad y la encarnación del Señor, con el canto de los
ángeles y de las turbas.
Diciendo “Sanctus, sanctus, sanctus
Dominus Deus sabaoth”, se entra en la majestad divina, diciendo “Benedictus qui
venit in nomine Domini” en cambio en la encarnación del Señor.
En la liturgia hispánica, también
llamada mozárabe, el Sanctus tiene algunas pequeñas diferencias con el rito romano:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Llenos están los cielos y la tierra de la gloria de tu majestad. Hosanna al
Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las
alturas. Santo, Santo, Santo, ¡Señor Dios!
Aquí se puede escuchar on line o
descargar el canto del Sanctus según la antigua liturgia hispana interpretada por la
Escolanía de la Abadía de Santa Cruz.
Rito hispano o mozárabe
Sería más propio hablar de rito
visigótico o hispano, porque la de mozárabes fue una condición posterior
–cristianos bajo el dominio árabe- de quienes conservaron este rito. Con la
introducción del rito romano en España, el rito hispano quedó reducido a los
mozárabes, quienes lucharon por defender el rito de sus padres.
El cardenal Cisneros en 1495 creó la
capilla del Corpus Christi de la catedral de Toledo para que se conservase la
antigua liturgia, dotándola de renta para su mantenimiento y de sacerdotes del
propio cabildo catedralicio. También se abocó a una importante labor de
recopilación y ordenación litúrgica y reunió gran cantidad de códices procedentes de todo el reino:
mandó una reconstrucción de los textos y un estudio de los recursos litúrgicos
que culminó en la impresión de un nuevo misal y de un breviario.
En
el siglo XVIII, el cardenal Francisco Antonio de Lorenzana, al haberse agotado
los libros litúrgicos del rito, hizo una nueva edición del Misal y el Breviario que fueron recogidos por la Patrología de Migne series latina T. 85 y 86.
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