cfr. 1 Sam. 15, 3; Sal. 70, 9
En la mitad de la vida estamos ya ante la muerte, ¿en quién, Señor, buscaremos ayuda, sino en ti, que justamente te aíras por nuestros pecados? * Santo Dios, santo fuerte, santo y misericordioso Salvador, no nos dejes en manos de la amarga muerte.
℣. No nos rechaces en la vejez, cuando nos van faltando las fuerzas. No nos abandones, Señor. * Santo Dios, santo fuerte, santo y misericordioso Salvador, no nos dejes en manos de la amarga muerte.
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Esta antífona se canta en las completas según el rito dominicano durante las semanas tercera y cuarta de cuaresma.
Cuenta Guillermo de Tocco que cuando se cantaba la antífona Media vita, santo Tomás de Aquino no podía contener el llanto al llegar a las palabras: No nos rechaces en la vejez, cuando nos van faltando las fuerzas, no nos abandones, Señor. Estas palabras del responsorio están inspiradas en el Salmo 70, 9. Santo Tomás retoma estas palabras al comentar la sexta petición del Padrenuestro que dice: no nos dejes caer en la tentación. Sus lágrimas parecen expresar el deseo ardiente de llegar a la contemplación de Dios, deseo sobre el que tanto escribió, y el temor de verlo debilitarse con la pérdida del vigor juvenil.
Cuenta Guillermo de Tocco que cuando se cantaba la antífona Media vita, santo Tomás de Aquino no podía contener el llanto al llegar a las palabras: No nos rechaces en la vejez, cuando nos van faltando las fuerzas, no nos abandones, Señor. Estas palabras del responsorio están inspiradas en el Salmo 70, 9. Santo Tomás retoma estas palabras al comentar la sexta petición del Padrenuestro que dice: no nos dejes caer en la tentación. Sus lágrimas parecen expresar el deseo ardiente de llegar a la contemplación de Dios, deseo sobre el que tanto escribió, y el temor de verlo debilitarse con la pérdida del vigor juvenil.
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Aquí se puede escuchar o descargar la antífona.
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