miércoles, 23 de diciembre de 2020

Laetabundus

 

Lleno de alegría

exulte el coro fiel,

Aleluia.


Al Rey de reyes

da a luz la Virgen santa:

¡admirable prodigio!


El Ángel del Consejo

ha nacido de la Virgen,

el Sol de la Estrella.


El Sol que no conoce ocaso,

La Estrella siempre radiante,

siempre luminosa.


Como de la estrella nace el rayo,

la Virgen da a luz al Hijo

de semejante forma.


Ni la estrella por el rayo,

ni la Madre por el Hijo,

queda mancillada.


El gran cedro del Líbano

toma la forma del hisopo

en nuestro valle.


El Verbo del Altísimo

tomó un cuerpo pasible,

al asumir la carne.


Isaías lo profetizó,

la sinagoga lo recordaba,

mas nunca desistió

de su ceguera.


Si no a tus profetas,

que crea a los gentiles

pues los cantos sibilinos

eso vaticinaron.


Infeliz, apresúrate,

créele a los antiguos oráculos:

¿por qué condenarte,

pueblo miserable?


Cree que éste es el Niño

que anuncia la profecía:

el que ha sido dado a luz

por la Virgen.


Aleluia.


Esta secuencia, propia de la Navidad, fue durante mucho tiempo atribuida a San Bernardo, aunque es anterior a él y aparece ya en manuscritos del siglo XI. Figura en los libros litúrgicos de los premonstratenses y los dominicos.


* * *

Aquí se puede escuchar o descargar la secuencia registrada por los canónigos premonstratenses de la Abadía de Frigolet.

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