1. Los
que buscáis a Cristo,
levantad los
ojos a lo alto:
allí
podréis contemplar
una
manifestación de la gloria eterna.
2. Vemos algo
resplandeciente,
que
ansiamos no tenga fin,
sublime,
excelso, inmenso,
más antiguo
que el cielo y el caos.
3. Es
éste aquel Rey de las naciones,
y Rey del
pueblo judío,
prometido
al patriarca Abrahán,
y a su
descendencia para siempre.
4. El
Padre nos manda, con su palabra,
que a Él
escuchemos y en Él creamos,
tomando
como testigos y notarios
a los
mismos profetas.
5. Gloria
a ti, Señor,
que apareciste
hoy,
con el
Padre y el Espíritu Santo,
por los
siglos sempiternos.
Amén.
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Dice el
Martirologio Romano: En el monte Tabor, la Transfiguración de nuestro Señor
Jesucristo.
Esta
fiesta, celebrada desde antiguo en Oriente, fue establecida en Occidente por el
Papa Calixto III en 1457, a raíz de la victoria sobre los turcos en Belgrado,
gracias a la intervención de San Juan de Capistrano.
Es la
fiesta titular de la Archibasílica de San Juan de Letrán, cuya denominación oficial
es Archibasílica Papal del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y
Juan Evangelista en Letrán. Es madre y cabeza de todas las iglesias de la
ciudad de Roma y del mundo.
* * *
Este
himno –se
canta en las Vísperas y los Maitines de la Transfiguración del Señor– fue compuesto por Aurelio Prudencio (348-410) y forma parte del
Cathemerinón (cantos cotidianos), originalmente pensado por el autor para la
Epifanía.
* * *
San León
Magno enseña que con la Transfiguración el Señor "se proponía substraer el corazón de sus discípulos
al escándalo de la cruz, y evitar que la ignominia voluntaria de su pasión
afectara la fe de aquellos ante los cuales descubriría la excelencia de su
dignidad oculta".
San Pedro
dice que "no os hemos dado a conocer el poder y la Parusía de nuestro
Señor Jesucristo según fábulas inventadas, sino como testigos oculares que
fuimos de su majestad. Pues Él recibió de Dios Padre honor y gloria cuando de
la Gloria majestuosísima le fue enviada aquella voz: «Éste es mi Hijo amado en
quien Yo me complazco»; y esta voz enviada del cielo la oímos nosotros, estando
con Él en el monte santo" (2 Ped. 1, 16-18).
Al
respecto se puede leer un interesante artículo sobre los testimonios de Moisés
y Elías, y de la implicancia escatológica del misterio de la Transfiguración
aquí, aquí, aquí y aquí.
* * *
Aquí
se puede escuchar o descargar este himno registrado por los monjes de la Abadía
de Fontgombault.
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Francisco
Luis Bernárdez, tradujo la versión del Breviario Romano en versos. Se puede
leer aquí.
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