La
secuencia de Pentecostés, Veni Sancte
Spiritus, se remonta al siglo XIII. El monje de Solesmes, Dom
Pitra, pensó que la "secuencia dorada" fue compuesta por un cisterciense
inglés en torno al 1210. Muchos estudiosos lo identifican con Esteban Langton,
notorio –entre otras cosas– por haber propuesto la división de los libros de
las Sagradas Escrituras en capítulos, tal como hoy los conocemos.
* * *
Ven
Espíritu Santo
y
desde el cielo
envía
un rayo de tu luz.
Ven
padre de los pobres,
ven
dador de las gracias,
ven
luz de los corazones.
Consolador
óptimo,
dulce
huésped del alma,
dulce
refrigerio.
Descanso
en el trabajo,
en
el ardor frescura,
consuelo
en el llanto.
Oh
luz santísima:
llena
lo más íntimo
de
los corazones de tus fieles.
Sin
tu ayuda
nada
hay en el hombre,
nada
que sea inocente.
Lava
lo que está manchado,
riega
lo que es árido,
cura
lo que está enfermo.
Doblega
lo que es rígido,
calienta
lo que es frío,
dirige
lo que está extraviado.
Concede
a tus fieles
que
en Ti confían,
tus
siete sagrados dones.
Dales
el mérito de la virtud,
dales
el puerto de la salvación,
dales
el eterno gozo.
Amén,
Aleluia.
* * *
La
secuencia, registrada por los monjes de la Abadía de Fontgombault, se puede
escuchar o descargar aquí.
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